
Padres y modelo
Los padres son los modelos a seguir por sus hijos. Les imitarán. De ahí la importancia de la coherencia y la actitud de vida correcta de sus progenitores.
Los padres son los modelos a seguir por sus hijos. Les imitarán. De ahí la importancia de la coherencia y la actitud de vida correcta de sus progenitores.
El hogar debería ser un reflejo del cielo en la tierra. Amor, comunicación, comprensión, apoyo, ayuda… El lugar de la tierra donde más seguro y feliz se sienta cada uno de sus integrantes.
El padre es muy importante para el correcto desarrollo de los hijos. Emocionalmente tiene una función que debe conocer para poder ejercerla de la mejor manera posible.
Las madres tienen una función especial en la crianza de los hijos. Sus cuerpos y mentes están diseñados para criar, pero deben tener en cuenta que pueden hacer mucho bien a sus hijos, o mucho daño. Hablamos de las madres castradoras.
Las madres también son seres humanos, y tienen sus límites. La paternidad no es solamente función de la madre, ambos deben ejercer sus funciones como padres, apoyándose y ayudándose uno al otro.
Los padres necesitan compartir sus responsabilidades, en aras de una familia equilibrada y feliz. Y los hijos necesitan verlo, y aprender de ello para su futuro.
Los niños tienen derechos. El primero de ellos es que tienen derecho a ser niños, con todo lo que eso implica.
Los hijos necesitan mucho amor, pero también disciplina. Si no se disciplinan correctamente sufrirán, y nos harán sufrir, después. Eso si, hay que entender correctamente el significado de la disciplina y cómo aplicarla correctamente.
Los hijos necesitan mucho amor, pero también disciplina. Si no se disciplinan correctamente sufrirán, y nos harán sufrir, después. Eso si, hay que entender correctamente el significado de la disciplina y cómo aplicarla correctamente.
La idea de que debemos tener todos los hijos que Dios nos mande no es bíblica, ni responsable. Debemos tener todos los hijos que podamos mantener, educar, etc.
Cada hijo es una persona especial, con necesidades y características diferentes y únicas.
En realidad, los hijos no nos pertenecen. Son de Dios, y a nosotros nos pedirá cuentas sobre cómo los educamos.
La paternidad es una de las mayores responsabilidades que enfrentaremos en esta vida. Todo un desafío. Especialmente porque nuestros hijos nos imitarán. No retendrán tanto lo que decimos, como lo que hacemos.